El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras comenzó hoy el escrutinio especial con más de un millar de actas inconsistentes para conocer al nuevo presidente electo del país en los comicios generales del 26 de noviembre, lo que tiene en incertidumbre y estado de excepción al país centroamericano.
El escrutinio, que se inició pasadas las 15.00 hora local (21.00 GMT), se hace sin la participación de observadores de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, cuyo candidato es Salvador Nasralla, y del gobernante Partido Nacional, que lidera Juan Orlando Hernández, ante el rechazo de los primeros a asistir, que alegan un "fraude".
El magistrado presidente del TSE, David Matamoros, explicó que el escrutinio se hará en 42 mesas que procesarán de 90 a 100 actas por hora, y que se irán sacando dos copias, una para la Alianza de Oposición y otra para el gobernante Partido Nacional.
Añadió que oportunamente se irá brindando información sobre cómo se vaya desarrollando el escrutinio.
En el escrutinio participan observadores nacionales que representan a diversos sectores del país, de la Unión Europea (UE) y la Organización de Estados Americanos (OEA).
El escrutinio comenzó mientras en las calles miles de activistas de la Alianza de Oposición se manifestaban contra el supuesto "fraude" a Nasralla, quien al igual que Hernández se autoproclamó presidente electo el mismo día de las elecciones.
El expresidente del Partido Nacional, Ricardo Álvarez, uno de los vicepresidentes del país, dijo a los periodistas que se retiraban como observadores del escrutinio porque la Alianza de Oposición decidió no participar.
Reiteró que su partido mantiene la posición de respetar el resultado del TSE, al margen de que favorezca o no al presidente Hernández, quien busca la reelección, lo que cuestiona la oposición alegando que ha violando la Constitución, que no le permite al titular del Ejecutivo reelegirse bajo ninguna modalidad.
En efecto, la Constitución de Honduras no permite la reelección presidencial, pero un fallo del poder judicial dejó abierta esa posibilidad en 2015.
Las manifestaciones en varias ciudades del país a favor de Nasralla y exigiendo la salida del presidente Hernández del poder se celebraban de manera simultánea con bastante normalidad.
En Tegucigalpa el ambiente era tenso en algunos puntos por el cierre de varias calles y bulevares, con miles de policías y militares provistos de escudos, bastones y bombas lacrimógenas, para evitar que los manifestantes se aproximaran al Instituto de Formación Profesional, donde se guarda todo el material electoral.
También había camiones de los cuerpos de seguridad provistos de cañones de agua para un eventual desalojo de los manifestantes si se dieran acciones violentas.
El candidato de la Alianza de Oposición se sumó a la manifestación de Tegucigalpa cuando faltaban pocos minutos para que iniciara el escrutinio que definirá al nuevo presidente electo de Honduras.
Nasralla reiteró en las últimas horas que son cerca de 5.200 las actas que se deben revisar, no las 1.024 que dice el TSE, y que lo mejor sería que se convocara a nuevas elecciones para la fórmula de presidente.
Por primera vez en la historia política de Honduras dos candidatos a la presidencia superan el millón de votos.
El último cómputo registrado en la página web del TSE dejó a Hernández con el 42,92 % de los votos, mientras que a Nasralla con el 41,42 %, con el 94,35 % de mesas electorales procesadas.
Hernández aparece con 1.333.264 papeletas y Nasralla, quien por segunda vez intenta llegar al poder, 1.286.572.
En el país centroamericano no hay segunda vuelta electoral, ya que gana el candidato que obtenga la mayor cantidad de votos.