BERLÍN. La canciller alemana, Angela Merkel, prometió ayuda urgente para los damnificados por unas inundaciones que han dejado ya 156 muertos en el oeste del país y plasmado los estragos de una emergencia climática que debe atajarse “con rapidez y ambición”.
Merkel descubrió ayer la devastación “surrealista” provocada por las inundaciones en que dejan al menos 191 muertos en Alemania y Bélgica, con muchas personas todavía desaparecidas.
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“Debemos darnos prisa, debemos ser más rápidos en la lucha contra la crisis climática”, afirmó la canciller alemana, visiblemente conmocionada, ante el panorama tras visitar varios puntos críticos de la catástrofe.
No todo puede atribuirse al cambio climático, admitió. También hay que replantearse la actuación humana en las cuencas fluviales. “Pero la suma de los fenómenos extremos a que asistimos evidencian que debemos ser más ambiciosos”, añadió, lo que implica la necesidad de alcanzar la neutralidad climática “cuanto antes”, afirmó.
Tanto expertos como políticos han culpado al calentamiento global y Merkel pidió el domingo un “gran esfuerzo” para acelerar las políticas climáticas.
Merkel hizo estas declaraciones tras recorrer Schuld y otros puntos del estado ederado de Renania-Palatinado con la jefa de ese gobierno regional, Malu Dreyer. Más allá de las metas en la lucha contra el cambio climático, la canciller se comprometió a hacer llegar ayuda directa a los damnificados por las inundaciones.
La destrucción en Schuld, población de unos 700 habitantes, ha convertido esta población en símbolo de la catástrofe que se ha cebado en ese “Land” y en el vecino de Renania del Norte-Westfalia.
Mostrando su emoción en varias ocasiones, Merkel habló con los residentes que lo han perdido todo, en la que ya es la mayor catástrofe natural de la historia reciente de Alemania.
“Casi diría que a la lengua alemana le cuesta encontrar palabras para describir la devastación”, dijo.
Las reparaciones de edificios, carreteras, vías férreas y tuberías de agua y electricidad tardarán meses, si no “años”, admitió Armin Laschet, presidente de Renania del Norte-Westfalia, el otro estado regional alemán más afectado.
Alemania sigue en alerta por nuevas inundaciones en el sur y el este. Una persona murió en Baviera, donde varios cientos de bomberos siguen desplegados en los valles alpinos.
En Austria, el casco antiguo de Hallein, cerca de Salzburgo, se inundó.
Bajo el sol que volvió al oeste de Alemania, decenas de miles de personas -voluntarios y profesionales-- trabajaron el domingo en tareas de limpieza.
Los equipos de rescate están buscando a los desaparecidos con helicópteros, barcos y buzos especializados.
Las carreteras se convirtieron en ríos, algunos vehículos fueron arrastrados y franjas de terreno quedaron enterradas bajo un espeso lodo en Berchtesgadener Land. Cientos de socorristas buscaban supervivientes en el distrito, fronterizo con Austria.
La magnitud de las inundaciones podría hacer tambalear las elecciones generales alemanas de septiembre del año que viene.
El primer ministro del estado de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, candidato del partido CDU para sustituir a Merkel, se disculpó por reírse mientras el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, hablaba con periodistas tras visitar la devastada ciudad de Erftstadt.
El gobierno alemán preparará más de 300 millones de euros (354 millones de dólares) en ayuda inmediata y miles de millones de euros para arreglar las casas, calles y puentes derrumbados, según declaró el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, al semanario Bild am Sonntag.
Bélgica sigue buscando a “163 ciudadanos”, según el centro de crisis. Holanda y Luxemburgo sufrieron por su parte importantes daños materiales.