ROMA, Italia. La posibilidad de nuevas elecciones en Italia es cada vez más concreta. Dos meses después del voto del 4 de marzo y del consiguiente fracaso de los intentos de las fuerzas políticas por alcanzar un acuerdo para la formación de un ejecutivo, éste parece ser el escenario más factible. Efectivamente, el presidente de la República, Sergio Mattarella, anunció la creación de un “gobierno neutral” encabezado por una personalidad elegida por él mismo, destinado a afrontar de aquí a diciembre las más urgentes emergencias del país, pero rápidamente llegó el “no”.
La iniciativa de Mattarella surgió después de los fracasos en la búsqueda de una alianza, imprescindible para gobernar considerando que el voto de marzo no dio a nadie la mayoría parlamentaria. Fracaso determinado por los continuos y recíprocos vetos.
Y bien, la decisión del jefe del Estado fue rechazada de inmediato por La Liga y por el Movimiento 5 Estrellas (M5E), los dos mayores partidos por número de electores, pidiendo que se vuelva a las urnas en julio próximo.
Mattarella exhortó a las fuerzas políticas a dar su voto de confianza en el parlamento al llamado “gobierno neutral” o “gobierno de garantía”, para permitirle, sobre todo, elaborar el necesario y delicado presupuesto bienal del Ejecutivo, antes de convocar a elecciones para la próxima primavera.
Sin embargo, solo el exgubernamental Partido Democrático (PD), el gran derrotado de las elecciones del pasado 4 de marzo, junto con otras fuerzas menores, dieron el “si” al gobierno del presidente.
En la coalición de centro-derecha, cuyo líder es Matteo Salvini (de La Liga), Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, parece inclinarse por nuevas elecciones pero en octubre, mientras que el tercer miembro de esta alianza, Hermanos de Italia, también se declaró en favor del voto en julio.
Por lo pronto, en espera de que hoy o a mas tardar mañana, Mattarella designe a quien debería guiar el “gobierno neutral”, cabe subrayar que por primera vez en su historia monárquica y republicana, una legislatura en Italia muere prácticamente antes de haber nacido, ante la imposibilidad de formar un gobierno.