La depuesta líder birmana y premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi recibió una nueva sentencia de tres años de cárcel por vulneral la ley de Secretos Oficiales, confirmaron a EFE fuentes relacionadas con el proceso.
Asimismo, un tribunal de la junta militar de Birmania condenó por el mismo tiempo al asesor económico de Suu Kyi, el australiano Sean Turnell.
Con esta nueva sentencia, Suu Kyi, de 77 años y detenida en una prisión de Naipyidó, acumula condenas por 23 años de cárcel tras ser hallada culpable de diversos cargos presentados tras el golpe militar en Birmania, mientras que aún está siendo juzgada a puerta cerrada por varios casos por supuesta corrupción.
Turnell, profesor asociado de economía en la Universidad Macquarie de Sidney, trabajaba como asesor de Suu Kyi cuando esta fue derrocada y detenida durante las primeras horas del golpe de Estado militar del 1 de febrero de 2021.
Los detalles del delito cometido por Suu Kyi y Turnell no han sido especificados por la junta militar, aunque la televisión estatal –bajo el control de los uniformados– indicó el año pasado que el economista oceánico tenía acceso a información financiera secreta del Estado y había intentado huir del país.
La ministra australiana de Asuntos Exteriores, Penny Wong, reclamó en un comunicado la liberación inmediata del economista al calificar de injusto el proceso judicial que ha transcurrido a puerta cerrada y rechaza todas las acusaciones en su contra.
"Aprovecharemos cada oportunidad para defender firmemente al profesor Turnell hasta que regrese con su familia en Australia", apunta Wong, según el comunicado emitido por su oficina.
El Ministerio de Exteriores australiano también denunció que las autoridades birmanas negaron hoy la entrada al tribunal a un diplomático del país oceánico y trabajadores de la legación en el país para presenciar la lectura de la sentencia.
El experto, director desde 2017 del Instituto para el Desarrollo de Birmania, con sede en la capital, Naipyidó, fue arrestado cinco días después de la sublevación castrense que puso fin a una década de incipiente democracia en el país asiático.
El golpe de Estado militar de febrero de 2021 ha sumido al país en una profunda crisis política, social y económica, y abrió una espiral de violencia con nuevas milicias civiles que han exacerbado la guerra de guerrillas que vive Birmania desde hace décadas.
El Ejército justifica el golpe por un presunto fraude masivo durante las elecciones de noviembre de 2020, cuyo resultado ha sido anulado y en las que el partido de Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacionales.
Más de dos mil 300 personas han muerto desde el golpe de Estado por la brutal represión ejercida de parte de las fuerzas de seguridad, que han disparado a matar contra manifestantes pacíficos y desarmados, según datos de la ONG birmana Asociación para la Asistencia de Presos Políticos.