FILADELFIA. Una combativa Kamala Harris puso contra las cuerdas y varias veces exasperó a Donald Trump en el primer, y al parecer único, debate presidencial en Estados Unidos, donde se enfrentaron sobre la migración, el aborto y la economía, cada uno buscando un momento que cambiara su reñida carrera electoral.
La candidata demócrata, de 59 años, pareció meterse bajo la piel de su rival republicano con una serie de duros ataques, lo que provocó que Trump, visiblemente enfadado, soltara una retahíla de réplicas llenas de falsedades.
En un momento dado, Harris sacó a colación los mítines de campaña de Trump, provocándolo al decir que la gente suele marcharse pronto “por agotamiento y aburrimiento”.
Trump intentó defenderse para luego girar hacia una teoría conspirativa que afirma que los inmigrantes haitianos en Springfield, Ohio, se están “comiendo las mascotas” de los residentes.
“Muchas ciudades no quieren hablar de ello, les da vergüenza. En Springfield se están comiendo a los perros la gente que vino, se están comiendo a los gatos, se están comiendo a las mascotas de la gente que vive allí y esto es lo que está pasando en nuestro país y es una vergüenza”, apuntó el expresidente haciéndose eco de una retórica racista.
“Hablando de extremos”, dijo Harris, riendo.
Trump y su fórmula vicepresidencial, JD Vance, han difundido esa información, pero autoridades locales han salido ya a desmentir estos rumores, que se han propagado como la pólvora en redes sociales, en especial en X, donde el propio Elon Musk, el multimillonario dueño de la plataforma, ha contribuido a diseminar el engaño.
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El debate arrancó con un apretón de manos sorpresa entre los dos contrincantes. Harris se acercó a Trump en su atril, presentándose por su nombre, en lo que fue el primer apretón de manos en un debate presidencial desde 2016.
“Que sea un buen debate”, dijo Harris, mientras que Trump le respondió: “un gusto volver a verla”.
Los candidatos abrieron el debate centrándose en la economía
Harris atacó la intención de Trump de imponer elevados aranceles a los productos extranjeros -una propuesta que ha comparado con un impuesto sobre las ventas a la clase media-, al tiempo que promocionó su plan para ofrecer beneficios fiscales a las familias y las pequeñas empresas.
Sin embargo, Trump rápidamente desvió la conversación hacia su principal tema de batalla, la migración, asegurando falsamente que “millones” de inmigrantes procedentes de “manicomios” están cruzando la frontera sur de Estados Unidos con México.
Trump afirmó que los migrantes están robando los trabajos a afroamericanos e hispanos, un comentario de tono racista que Harris calificó de “la misma retórica desgastada de siempre” acusando al republicano de utilizar siempre “la raza para dividir al pueblo estadounidense”.
Harris, consciente de que las televisiones muestran a los candidatos en pantalla dividida, aprovechó para mover la cabeza en señal de desacuerdo cuando Trump hablaba, para elevar las cejas en señal de sorpresa o para entrecerrar sus ojos, haciendo como que intentaba entender sus argumentos.
Por su parte, Trump esbozó sonrisas burlonas y, en algunas ocasiones, no pudo contenerse continuando sus ataques incluso cuando los micrófonos habían sido silenciados. Harris también se centró en el aborto.
“El gobierno y ciertamente Donald Trump no deberían decirle a una mujer qué hacer con su cuerpo”, apuntó Harris, y abogó por volver a implementar una protección al aborto a nivel federal, derogada por la Corte Suprema en junio de 2022.
Trump, quien a veces ha tenido problemas con los mensajes sobre el aborto, afirmó falsamente que Harris y los demócratas apoyan el infanticidio, que -como señaló la moderadora Linsey Davis- es ilegal en todos los estados.
“Como he dicho, van a oír un montón de mentiras”, dijo Harris.
“Es una marxista. Todo el mundo sabe que es una marxista”, se defendía el expresidente de los ataques durante el debate emitido por la cadena ABC.
Harris se lanzó a la yugular de Trump por su condena penal por encubrir pagos de dinero a una estrella del porno, así como por sus otras acusaciones y una sentencia civil que le declara responsable de agresión sexual.
A ocho semanas de las elecciones del 5 de noviembre, y a días de que comience el voto anticipado en algunos estados, el debate -el único programado- presentó tanto oportunidades como riesgos para cada candidato ante una audiencia televisada de decenas de millones de votantes.
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Los debates presidenciales no cambian necesariamente la opinión de los votantes, pero pueden transformar la dinámica de una contienda. La mala actuación de Joe Biden frente a Trump en junio le llevó a abandonar su campaña el 21 de julio.