Las tierras ahora son improductivas y el agua y los alimentos, de menor calidad. No es una narrativa futurista, es el resultado de la degradación de los suelos que afecta el bienestar de casi la mitad de los humanos y que provocará migraciones masivas.
Por lo menos tres mil 200 de los siete mil 500 millones de habitantes del planeta sufren "impactos negativos" por el deterioro de los suelos, que afecta significativamente al 75% de la superficie mundial y que, junto a otros efectos del cambio climático, en 2050 obligará a desplazarse a entre 50 y 700 millones de ellos.
"La degradación de la superficie de la Tierra a causa de las actividades humanas está empujando al planeta hacia una sexta extinción masiva de especies", la primera causada por el hombre y la primera desde la desaparición de los dinosaurios, dijo ayer el científico sudafricano Robert Scholes.
Scholes es el codirector del primer informe global sobre degradación de suelos que fue publicado ayer en la ciudad colombiana de Medellín por la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), un organismo independiente con 129 Estados miembros. "Hemos transformado grandes cantidades de nuestros bosques, hemos transformado grandes cantidades de nuestras praderas, hemos perdido 87% de los humedales (...) realmente hemos cambiado la superficie de nuestra Tierra en los últimos cientos de años", dijo el presidente de IPBES, Robert Watson.
La situación ha llegado a "niveles críticos" en varias partes del mundo, advierte el reporte. Se estima que para 2050 la combinación entre degradación de suelos y cambio climático reducirá el rendimiento de los cultivos entre 10 y 50%.
Las zonas más afectadas serán Centroamérica, Sudamérica, África subsahariana y Asia. Estas son las regiones "a las que les queda mayor cantidad de tierra adecuada para la agricultura", aseveró Luca Montanarella, codirector de la preocupante investigación.
IPBES estima que para 2050 entre 50 y 700 millones de personas deberán desplazarse de sus lugares de origen. "La degradación de los suelos, la pérdida de productividad de esas tierras y esas vegetaciones van a forzar a las personas a migrar", afirmó Watson.
El estudio señala que en tres décadas unas 4 mil millones de personas -el 40% de la población proyectada para entonces- van a vivir en zonas secas, áridas o semiáridas, donde no se podrá cultivar. En 2010 eran 2 mil 700 millones.