Altos precios, poca oferta y filas de gente en las tiendas: seis meses después de que Canadá legalizara el cannabis, los consumidores siguen comprando mucha de la marihuana en el mercado negro ante la incapacidad de las vías legales para surtir la demanda.
"He seguido comprando a mi distribuidor (ilegal) porque el precio del cannabis legal es escandaloso", dice John, un treintañero de Ottawa consultado por la AFP a dos pasos de una tienda oficial que acaba de abrir en su vecindario.
Bill Blair, designado por el primer ministro, Justin Trudeau, para supervisar la legalización, admite que "claramente todavía hay problemas en la cadena de suministro".
Las autoridades afirman que el mercado legal dejará fuera de juego a los traficantes callejeros y las bandas criminales, una de las metas principales del plan de legalización del gobierno de Trudeau, una vez que la nueva industria se acondicione plenamente.
Canadá se convirtió en octubre en el segundo país en el mundo en legalizar la marihuana para uso recreativo, cinco años después de Uruguay.
Pero seis meses después, los consumidores siguen haciendo filas frente a las tiendas minoristas. Las últimas, sucursales privadas, abrieron sus puertas el 1 de abril en Ontario, el mayor mercado de marihuana en el país, que hasta ahora se tenía que contentar con pedidos en línea.
"Pero (...) cada mes vemos un avance continuado en el desplazamiento del mercado ilegal y la creación de una cadena de suministro normalizada", dijo Blair.
Muchos temían que con la legalización se incrementaran los incidentes automovilísticos u otros problemas causados por el uso de la droga, pero las autoridades afirman que eso no se ha materializado.
Falta aún mucho para acabar con el mercado negro, que en los últimos tres meses de 2018, representó el 79% de las ventas, unos 1.200 millones de dólares canadienses (900 millones de dólares).
Según la oficina de estadísticas de Canadá, las ventas legales, incluyendo la marihuana medicinal, que es permitida en el país desde 2001 pero que representa una pequeña fracción del consumo total, sumaron solo 307 millones de dólares canadienses.