El cártel de Sinaloa opera en Ecuador a través de exmilitares y pandillas, como Los Choneros y Los Aguilas, desde hace al menos 20 años, de acuerdo con registros de diversas autoridades tanto ecuatorianas como de otros países, principalmente, Estados Unidos.
Sin embargo, en los últimos años se han registrado incursiones en Ecuador del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para intentar ganarle terreno al cártel de Sinaloa a través de pandillas rivales como Los Tiguerones -una escisión de Los Choneros-, Los Lobos, Los Lagartos o Los Chone Killers.
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Uno de los exmilitares que le abrieron la puerta a los narcotraficantes mexicanos fue el excapitán de inteligencia del Ejército de Ecuador, Telmo Remigio Castro Donoso, que era señalado como el cabecilla de Los Choneros y de acuerdo con información de la Unidad de Investigaciones Antinarcóticos de la Policía Nacional de Ecuador hasta antes de su muerte en 2019 mantenía fuertes vínculos con el cártel de Sinaloa.
Llegando a convertirse, de acuerdo con los reportes de inteligencia ecuatorianos, en el mayor proveedor de cocaína del cártel de Sinaloa en Ecuador, hasta que fue detenido en 2013. En 2019, fue hallado en su celda de Guayaquil completamente desnudo, atado de pies y manos, y lleno de sangre tras recibir 15 puñaladas que le quitaron la vida.
La conexión de Castro con el cártel de Sinaloa tenía un personaje clave en el narcotraficante colombiano, Jorge Cifuentes, que llegó a convertirse en uno de los hombres de confianza de la organización al sur del continente, pero que es más conocido por ser uno de los testigos estrella en el juicio en contra de Joaquín “El Chapo" Guzmán en Nueva York.
De acuerdo con las declaraciones de Cifuentes en el llamado juicio del siglo contra El Chapo el cártel de Sinaloa le pagaba a Castro 100 dólares por cada kilo de cocaína que llevaba desde la región fronteriza con Colombia hasta los puntos donde la droga se preparaba para ser traficada a México, ya sea por aire a través de avionetas que despegaban de pistas clandestinas o vía marítima usando lanchas rápidas por el Pacífico.
El testimonio de Cifuentes detalló en su momento, que El Capi como se le conocía a Castro, hacía estos movimientos supuestamente en vehículos militares escoltados con personal del ejército ecuatoriano a pesar de no estar en activo desde 2009.
También se tiene testimonio de los enviados del cártel de Sinaloa que operan en Ecuador. Es el caso del mexicano Brayan Alberto Rodríguez Alcalá, que fue extraditado a los Estados Unidos desde Ecuador en febrero de 2022 de acuerdo con los registros de la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos (HSI, por sus siglas en inglés).
Rodríguez Alcalá fue detenido por las autoridades ecuatorianas en noviembre de 2021 mientras visitaba Quito y apenas unos meses después Ecuador decidió extraditarlo a Estados Unidos.
Esto para que hiciera frente a una acusación que pesaba sobre él desde octubre del 2021 cuando un jurado federal en el Distrito Sur de California emitió una acusación en su contra por participar en una conspiración mundial para traficar lo que calificó como “cantidades sustanciales de cocaína”.
El fenómeno del narcotráfico en Ecuador no parece estar influenciado únicamente por su cercanía con Colombia, sino también por su vecindad con Perú con quien también comparte frontera.
El Informe Mundial sobre las Drogas 2023, recientemente publicado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), hace especial hincapié en que Ecuador es uno de los principales destinos de la cocaína producida tanto Colombia como Perú. Y desde donde es enviada a Norteamérica.
Uno de los casos más emblemáticos de la relación entre Ecuador y Perú es el de Leandro Norero Tigua, alias “El Patrón”. Uno de los capos de la droga más importantes del país, socio del CJNG y principal proveedor de pandillas como Los Tiguerones, Los Lobos o Los Chone Killers.
Para evitar ser deportado a Perú donde era buscado por delitos de narcotráfico, Norero fingió su muerte en 2020 y con un certificado de defunción apócrifo pretendió hacerse pasar como una víctima más de la pandemia de covid-19. Tras ser detenido en 2022, la verdadera muerte le llegó a finales de ese año tras registrarse un tiroteo en la prisión de Cotopaxi donde permanecía recluido.
Hay otros narcotraficantes en Ecuador que no parecen tener empacho en hacer negocios tanto con el cártel de Sinaloa como con el CJNG sin hacer mayores distinciones.
Es el caso de Wilder Emilio Sánchez Farfán, conocido como “El Gato”, quien fue sancionado por el Departamento del Tesoro en febrero de 2022 por contribuir materialmente a las actividades ilícitas de los principales cárteles mexicanos para traficar cocaína a los Estados Unidos. Y finalmente detenido en Colombia en febrero de este año.
De acuerdo con la información de inteligencia utilizada por el Departamento del Tesoro para emitir dicha sanción en su contra, Sánchez Farfán, de nacionalidad ecuatoriana, “es uno de los narcotraficantes más importantes del mundo en la actualidad”.
Se puso en el radar de las autoridades en 2013 cuando fue detenido junto a Telmo Castro de quien era su brazo derecho. Antes de ser detenido, se sabe que tenía instalada su sede en Guayaquil desde donde transportaba varias toneladas de cocaína por tierra desde los laboratorios de fabricación en el sur de Colombia hasta Ecuador, donde los envíos se transportan por tierra, aire o mar (incluidos barcos de contenedores comerciales) a través de América Central, México y, finalmente, los Estados Unidos.
Las autoridades estadounidenses acusan a Sánchez Farfán de ser una importante fuente de cocaína que proveía al cártel de Sinaloa a quien hacía llegar toneladas de cocaína desde Ecuador hasta ciudades en México como Culiacán, Manzanillo y Ensenada.
Sin embargo, también aseguran que antes de ser detenido había enviado representantes a México para reunirse también con líderes del CJNG con la intención de establecer una relación de trabajo para importar cantidades de varias toneladas de cocaína a México desde Ecuador.
80% de muertes violentas ligadas a violencia criminal
El fenómeno de violencia implícito en la disputa entre el cártel de Sinaloa y el CJNG ha provocado una de violencia que ha hecho sonar las alarmas en Ecuador. Solamente entre el 2020 y el 2022 la tasa de homicidios se duplicaron, de acuerdo con los registros oficiales. Según la policía ecuatoriana, el 80.5% de muertes violentas en ese período fueron por violencia criminal o disputas entre bandas delictivas.
Uno de los ejemplo más recientes es el magnicidio perpetrado en contra del candidato presidencial Fernando Villavicencio, que había puesto el combate a los grupos de la delincuencia organizada y sus nexos con los cárteles mexicanos como una de sus principales banderas de campaña, y que horas antes de ser baleado en un evento electoral al norte de Quito, había denunciado que personeros del cártel de Sinaloa lo habían amenazado para que cambiara su discurso al respecto.
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Ante tal escenario el ministro de Gobierno de Ecuador, Henry Cucalón, aseguró en abril pasado que su país está "sometido a una ola terrorista sin precedentes" por parte del crimen organizado y el narcotráfico, por lo que consideró urgente lograr un consenso político para permitir que las Fuerzas Armadas participen permanentemente "en esta guerra".
Cucalón aseguró durante una reunión con la Cámara Oficial Española de Comercio e Industria de Quito a inicios de año que "las bandas criminales asociadas con el narcotráfico quieren apoderarse del Estado y tenerlo secuestrado, en una guerra sucia de la que no había antecedentes pero que tenemos que afrontar".