El presidente de Chile, Gabriel Boric, calificó el sábado de dictador a su homólogo de Nicaragua, Daniel Ortega, tras solidarizarse con opositores despojados de su nacionalidad nicaragüense.
"Un abrazo fraterno a Gioconda, Ramírez, Sofía, Carlos y a todos quienes Ortega ha pretendido despojarlos de su nacionalidad nicaragüense", escribió Boric en Twitter.
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"No sabe el dictador que la patria se lleva en el corazón y en los actos, y no se priva por decreto. ¡No están solos!", remató su mensaje el mandatario chileno.
La Cancillería chilena ya expresó el jueves su condena a la decisión del gobierno de Ortega de quitarle la nacionalidad a 94 opositores nicaragüenses en el exilio.
"Cada día más" Nicaragua se convierte "en una dictadura totalitaria, donde se persigue cualquier tipo de disidencia", dijo entonces la canciller chilena, Antonia Urrejola.
El de Chile es el primer gobierno izquierdista de Latinoamérica en condenar abiertamente las medidas de su par nicaragüense.
Con la decisión de retirar la nacionalidad a esos opositores, el gobierno de Ortega los inhabilitó de por vida para ejercer cargos públicos.
El gobierno español ofreció naturalizar a esos opositores y a otros 222 presos políticos que fueron liberados en Nicaragua y expulsados a Estados Unidos la semana pasada.
Estados Unidos, la ONU y diferentes oenegés han denunciado las medidas de Ortega, en el poder desde 2007 y reelegido sucesivamente en cuestionados comicios.
Daniel Ortega llegó al poder en el 2007 luego de perder tres elecciones contra Violeta Chamorro, Enrique Bolaños y Arnoldo Alemán.
Ortega junto con la Primera dama, Rosario Murillo, hansido acudados de cooptar las instituciones y apagar cualquier disidencia que busque arrebatar el control del estado al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
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Además, diversos académicos han señalado que dicho partido funciona como una finca personal del matrimonio que como un vehículo de expresión política, por lo que ha dejado de ser un referente de las izquierdas en Latinoamérica.