ROMA. Cerca de 828 millones de personas sufrían hambre en el mundo debido a los efectos de la pandemia y la crisis climática a finales de 2021, según las estimaciones de cinco agencias de la ONU que ayer advirtieron que, si la situación perdura, no se alcanzará el objetivo de eliminar el hambre en 2030.
El informe anual sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, en el que aún no se ven reflejados los nocivos efectos de la guerra en Ucrania, subraya que la pandemia ha mostrado “la fragilidad de los sistemas agroalimentarios y las desigualdades”.
➡️ Rusia usa alimentos como arma de guerra
Desde el inicio de la crisis sanitaria, a finales de 2019, la cifra de personas sin acceso a los alimentos aumentó en 150 millones, mientras que el incremento fue de 46 millones en el último año.
Dado que el precio del combustible, los alimentos básicos y los fertilizantes se dispararon desde la invasión de Ucrania, se espera que ese total aumente aún más el próximo año, un escenario que podría ver a algunos de los más pobres del mundo caer en la hambruna, la categoría más extrema de privación de alimentos.
La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Fondo de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo para la Infancia (UNICEF) plantean una inminente revisión de las ayudas actuales para afrontar la situación que llamaron “catastrófica”.
Además, el número de personas con inseguridad alimentaria severa ha ido creciendo hasta alcanzar los 2 mil 300 millones de personas en 2021, casi el 30 por ciento de la población mundial, lo que revela un gran “retroceso en los esfuerzos por eliminar el hambre y la malnutrición”.
Las regiones más afectadas fueron Asia, con 20.2 por ciento de su población abocada al hambre en 2021, África con 9.1 por ciento y Latinoamérica y el Caribe con 8.6 por ciento de su población afectada.
En esta última región, la inseguridad alimentaria afectó en 2021 a 40.6 por ciento de su población de forma severa, especialmente en el Caribe y Sudamérica, donde “la desnutrición se ha duplicado desde 2015”.
En América Latina y el Caribe, “en sólo dos años, 13 millones de personas han caído en la hambruna. Y cuatro de cada diez viven con inseguridad alimentaria”, señaló el representante regional de la FAO, Julio Berdegué, que calificó la situación de “extremadamente grave”.
Otro dato alarmante es el aumento “catastrófico” de las personas que no pueden permitirse una dieta saludable, 3 mil 100 millones en todo el mundo en 2020, una cifra que se calcula que aumentará debido al alza de los precios provocados por la guerra de Ucrania.
“Esperábamos que hoy el mundo habría salido de la crisis del covid-19, pero la pandemia sigue ahí”, agravada por los conflictos y por otras emergencias humanitarias, constató el director general de la FAO, Qu Dongyu, durante una rueda de prensa en Nueva York.
También puedes leer: Alza de precios en alimentos amenaza con aumentar la hambruna en el mundo
Según la FAO, “el mundo se está alejando de su objetivo de acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición de aquí a 2030”, como proyectaba la ONU con su Objetivo de Desarrollo Sostenible ODS-2 “Hambre Cero”.
Las cinco organizaciones alertan de “la intensificación de los principales factores de la inseguridad alimentaria y la malnutrición, a saber, los conflictos, los fenómenos climáticos extremos y las perturbaciones económicas, en combinación con el aumento de las desigualdades”.
El Cuerno de África (Somalia, Kenia, Etiopía) atraviesa además una de las peores sequías en más de 40 años, que está diezmando ganado y cultivos y que amenaza de hambruna a más de 16 millones de personas, según la ONU.
El problema “ya no se limita a grupos sociales que han vivido en la pobreza durante mucho tiempo”, sino que “la inseguridad alimentaria ha llegado a las ciudades, alertó Julio Berdegué.
ESCUCHA EL PODCAST⬇️
Disponible en: Acast, Spotify, Apple Podcasts, Google Podcasts, Deezer y Amazon Music