Curitiba, Brasil.- Un nutrido operativo policial espera la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva a la ciudad de Curitiba, donde simpatizantes y detractores del expresidente han protagonizado escenas de tensión.
Lula anunció hoy que acatará la orden de prisión dictada por el juez Sergio Moro e ingresará en la cárcel, en Curitiba, para cumplir 12 años de condena por corrupción y lavado de dinero.
Desde que se conoció la intención del exmandatario, cientos de simpatizantes se han reunido frente a la sede policial, situada en un barrio residencial en el norte de la ciudad, y han protagonizado incidentes con los detractores de Lula.
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, convocó hoy a toda la militancia de izquierdas a "ocupar" Curitiba -también Brasilia- hasta que el expresidente brasileño sea liberado.
La Policía ha bloqueado el tráfico en las zonas aledañas a la institución y han pedido prudencia a los manifestantes.
"Pedimos a los líderes de los simpatizantes para que eviten cualquier animosidad. La Policía Militarizada está en el local para garantizar la libre manifestación de ambos grupos y evitar que los más exaltados quieran enfrentarse", dijo el teniente-coronel Nasson Polak a periodistas delante de la Superintendencia de la Policía Federal.
La tensión se ha traducido en acaloradas discusiones e insultos que han alcanzado también a los periodistas.
Incidentes similares se han repetido en concentraciones celebradas en otras ciudades, como en Sao Paulo, Brasilia o Sao Bernardo do Campo.
En la noche del jueves, un detractor de Lula resultó herido y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente cuando fue golpeado por un simpatizante y lanzado contra un camión que lo atropelló.
Los insultos y agresiones a periodistas, que han sufrido empujones, amenazas y rotura de vidrios en sus autos, han sido denunciados por la Asociación Brasileña de Periodistas (Abraji).
Curitiba, Brasil.- Un nutrido operativo policial espera la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva a la ciudad de Curitiba, donde simpatizantes y detractores del expresidente han protagonizado escenas de tensión.
Lula anunció hoy que acatará la orden de prisión dictada por el juez Sergio Moro e ingresará en la cárcel, en Curitiba, para cumplir 12 años de condena por corrupción y lavado de dinero.
Desde que se conoció la intención del exmandatario, cientos de simpatizantes se han reunido frente a la sede policial, situada en un barrio residencial en el norte de la ciudad, y han protagonizado incidentes con los detractores de Lula.
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, convocó hoy a toda la militancia de izquierdas a "ocupar" Curitiba -también Brasilia- hasta que el expresidente brasileño sea liberado.
La Policía ha bloqueado el tráfico en las zonas aledañas a la institución y han pedido prudencia a los manifestantes.
"Pedimos a los líderes de los simpatizantes para que eviten cualquier animosidad. La Policía Militarizada está en el local para garantizar la libre manifestación de ambos grupos y evitar que los más exaltados quieran enfrentarse", dijo el teniente-coronel Nasson Polak a periodistas delante de la Superintendencia de la Policía Federal.
La tensión se ha traducido en acaloradas discusiones e insultos que han alcanzado también a los periodistas.
Incidentes similares se han repetido en concentraciones celebradas en otras ciudades, como en Sao Paulo, Brasilia o Sao Bernardo do Campo.
En la noche del jueves, un detractor de Lula resultó herido y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente cuando fue golpeado por un simpatizante y lanzado contra un camión que lo atropelló.
Los insultos y agresiones a periodistas, que han sufrido empujones, amenazas y rotura de vidrios en sus autos, han sido denunciados por la Asociación Brasileña de Periodistas (Abraji).