El presidente filipino Rodrigo Duterte contó cómo, de adolescente, le habría realizado tocamientos a una empleada del hogar, lo que provocó indignación e hizo que las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres lo acusaran de hacer apología de las agresiones sexuales.
El polémico presidente suele crear escándalo cuando habla de las mujeres. Especialmente, bromeó sobre una violación y alardeó públicamente de sus infidelidades.
Duterte, de 73 años, hablando de una confesión a un cura en el instituto, contó cómo había entrado en la habitación de su empleada doméstica cuando ésta dormía.
"Levanté la manta [...] Intenté tocar lo que estaba en la ropa interior", relató en un discurso. "Estaba tocando cuando se despertó y me fui", añadió.
Después afirmó haber confesado al cura que había vuelto a la habitación de la mujer y había intentado agredirla de nuevo.
El partido Gabriela, que defiende los derechos de las mujeres, pidió la dimisión del presidente, denunció sus "repulsivas" palabras y le acusó de haber reconocido un intento de violación.
"Una penetración con el pene no es la única constitutiva de violación. Si es con un dedo o un objeto, igualmente es una violación", declaró Joms Salvador, secretario general de Gabriela.
Ante la lluvia de críticas, el portavoz de Duterte afirmó el domingo que el presidente había "inventado" y "exagerado" la historia.
"Inventó una anécdota para llamar la atención sobre las agresiones sexuales que él y sus camaradas sufrieron en el instituto", declaró Salvador Panelo.
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Duterte realizó estas palabras durante unas declaraciones en las que criticaba a la Iglesia católica por las acusaciones de agresiones sexuales sobre los niños.
El presidente, que calificó a la Iglesia como "la institución más hipócrita" -en un país de mayoría católica-, afirmó el sábado que sus compañeros de clase y él fueron víctimas de agresiones sexuales.
Duterte está en conflicto abierto con la jerarquía católica de su país, que fue muy crítica con su sangrienta campaña contra el tráfico de droga.
Desde que Duterte llegó al poder hace dos años, la policía dijo haber matado a casi 5.000 personas durante operaciones antidroga, pero organizaciones de derechos humanos afirman que el balance es tres veces mayor.
Duterte y sus consejeros, después de sus declaraciones polémicas sobre mujeres, suelen relativizar y calificarlas de broma, o decir que fueron sacadas de contexto.