ROMA, Italia. Giuseppe Conte, de 54 años, abogado, profesor en derecho administrativo y privado, con estudios en Estados Unidos, Francia e Inglaterra y sin ninguna experiencia política, debería ser el próximo jefe del gobierno en Italia. Esto a menos de posibles imprevistos dependientes de la decisión final del presidente de la República, Sergio Mattarella, a quien corresponde constitucionalmente dar el encargo de formar un nuevo ejecutivo.
Después de lograr un difícil acuerdo sobre el programa de gobierno, el “Movimiento 5 Estrellas” (M5E) de Luigi di Maio y “La Liga” de Matteo Salvini, líder del centro-derecha, se presentaron ante el presidente Mattarella para indicarle su decisión acerca de quien deberá encabezar el gobierno, Giuseppe Conte.
El jefe del Estado habría preferido una personalidad política y por lo pronto, inusualmente, se tomará un poco de tiempo, unos dos o tres días, para comunicar su decisión. Señal de que Mattarella quiere tomarse una pausa de reflexión para dar “luz verde” al nombre de Conte, desconocido en el mundo político italiano y europeo y llamado a una tarea compleja.
El problema es que, por primera vez en la historia republicana, el jefe del gobierno italiano no sería un exponente de ninguno de los dos partidos ganadores en las elecciones del pasado 4 de marzo (M5E y Liga), los cuales habrían preferido, contra su voluntad, enviar a dirigir el Ejecutivo a un personaje sin la menor experiencia política, el cual podría encontrarse con un limitado margen de maniobra para gobernar, sometido a la voluntad y “las ordenes” de Di Maio y Salvini, que serian los verdaderos comandantes del gobierno.
Y esto es lo que justamente preocupa al presidente Mattarella, además del posible enfrentamiento con la Unión Europea (UE), promovido por la acción del “xenófobo” Salvini y del “populista antisistema” Di Maio.
Los dos líderes, rechazando las críticas y los temores internacionales, afirmaron que “la Unión Europea y los mercados internacionales no tienen motivo para preocuparse” y que “Italia respetará sus compromisos, sus alianzas y las reglas internacionales”, aunque, como precisó Salvini, “en primer lugar estarán los intereses de los italianos… Nos critiquen sin darnos el tiempo para empezar”, le hizo eco di Maio.
Por lo pronto, los socios de Salvini, es decir “Forza Italia” de Silvio Berlusconi, y “Hermanos de Italia” de Giorgia Meloni, en desacuerdo con la alianza del líder de “La Liga”, ya anunciaron que difícilmente lo apoyarán en el Parlamento.
Como se podrá constatar, la situación es todavía complicada.