Al menos tres personas murieron, entre ellas un parlamentario, y 154 resultaron heridas este lunes en choques entre partidarios del Gobierno y manifestantes que llevan semanas pidiendo la dimisión en bloque del Ejecutivo de Sri Lanka.
Las víctimas mortales son un diputado, que aparentemente se suicidó al verse acorralado por manifestantes a los que había disparado cuando trataban de detener su vehículo, uno de sus guardaespaldas, y un manifestante antigubernamental, según afirmaron a Efe fuentes de la oficina del portavoz de la Policía.
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Además al menos 154 personas resultaron heridas o fueron hospitalizadas por los altercados, revelaron a Efe fuentes hospitalarias, que pidieron no ser identificadas.
Las redes sociales se han inundado de imágenes de la violencia, incluido el incendio de varias viviendas de diputados o altos cargos políticos, mientras se multiplicaban los choques entre manifestantes antigubernamentales y seguidores del primer ministro, Mahinda Rajapaksa, que dimitió este lunes a primera hora de la tarde.
La Policía esrilanquesa impuso primero un toque de queda en la Provincia Occidental, donde se encuentra Colombo, aunque las autoridades informaron luego en un comunicado de su extensión a todo el país tras producirse choques en la ciudad central de Kandy.
Los incidentes estallaron después de que partidarios del Gobierno participaran en una reunión en Colombo que contó con la intervención de Mahinda Rajapaksa y de su hermano y presidente, Gotayaba Rajapaksa, y luego se dirigieron hacia las acampadas cercanas donde desde hace un mes miles de personas piden la dimisión del Ejecutivo.
Dos testigos, que pidieron el anonimato, afirmaron a Efe que los simpatizantes del primer ministro, armados con palos y barras de hierro, atacaron a decenas de manifestantes antes de destrozar varias tiendas de la acampada.
"Atacaron con palos mientras gritaban palabras ofensivas", dijo un manifestante a los periodistas mientras le sangraba la nariz y aseguraba que la policía presenciaba los disturbios sin inmutarse.
Más tarde los antidisturbios utilizaron cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud, y reforzaron la seguridad en la zona presidencial para evitar más violencia.
El presidente del país condenó enérgicamente los actos violentos que tienen lugar por parte de quienes incitan y participan, independientemente de sus lealtades políticas", e instó a los ciudadanos "a trabajar juntos para resolver esta crisis".
Sri Lanka atraviesa una severa crisis económica que ha provocado escasez de materiales esenciales como alimentos, combustible, medicamentos o aceite para cocinar.
Esta situación, desencadenada por la falta de divisas internacionales para importar los productos requeridos, llegó a provocar cortes de electricidad de hasta 13 horas de duración.
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El país decretó el pasado viernes por la noche el estado de emergencia con el objetivo de aminorar las protestas que, sin embargo, se intensificaron durante el fin de semana ante la falta de insumos y gas para cocinar.