CARACAS. La ruptura institucional se profundiza en Venezuela. Juan Guaidó sigue reivindicando su condición de jefe del Parlamento y presidente encargado con amplio apoyo internacional, mientras un diputado rival fue proclamado líder legislativo y Nicolás Maduro mantiene el control del poder.
Guaidó convocó a una sesión de la unicameral Asamblea Nacional para hoy en el Palacio Legislativo, pero surge una pregunta: ¿podrá hacer valer los votos de los 100 diputados opositores que le reeligieron el domingo en las instalaciones de un periódico, entrar a la Cámara y subir al podio presidencial?
Piquetes militares y policiales se lo impidieron el domingo, lo que Guaidó tildó ayer como "un asalto" al Congreso.
Mientras intentaba saltar las verjas de la sede del Parlamento, bloqueado por uniformados con escudos antimotines, Luis Parra -un legislador opositor que rompió con él hace un mes tras ser acusado de corrupción- celebraba su juramentación con respaldo del chavismo.
Guaidó llamó entonces a una sesión en la sede del diario El Nacional, donde fue ratificado por la mayoría opositora. Estados Unidos, la Unión Europea, Colombia y Brasil renovaron su respaldo a Guaidó, quien como jefe parlamentario reclamó el 23 de enero de 2019 la presidencia interina de Venezuela. El Grupo de Lima saludó también su reelección, dijo un comunicado del bloque publicado ayer sin las firmas de México y Argentina.
Sin embargo, los gobiernos de izquierda de México, Uruguay y Argentina cuestionaron la acción de la Guardia Nacional Bolivariana, que bloqueó el ingreso al Palacio Legislativo de Guaidó.
Maduro, en contraste, reconoció a Parra, quien también convocó a sesión hoy. "Juan Guaidó todavía tiene la facultad de venir aquí como un diputado más de los 167 diputados que conforman la cámara y sentarse en su curul", dijo Parra en el Palacio Legislativo. Guaidó respondió calificándole de "cómplice de la dictadura".
El rechazo a Parra reagrupó a fuerzas opositoras que mantenían diferencias con Guaidó y apoyaron su reelección..