San Juan, Puerto Rico/Nueva York.- Los postes de electricidad están rotos, el alumbrado público está caído en las carreteras y las imágenes de satélite muestran a la isla de Puerto Rico a oscuras. El servicio de telefonía móvil casi no existe.
El paso del potente huracán María la semana pasada dejó a toda la isla y a sus 3,4 millones de habitantes a oscuras.
Los funcionarios todavía están evaluando qué se necesita para poner en marcha lo que será un esfuerzo de meses para recuperar la electricidad, y que significa que puede haber un largo período sin agua limpia, refrigeración, alimentos seguros o suministros médicos.
La valoración del daño ha sido difícil porque los vuelos a la isla están restringidos y las agencias federales estadounidenses han concentrado sus esfuerzos en salvar vidas y garantizar la energía eléctrica para la infraestructura pública esencial, como los hospitales.
"La evaluación inicial de daños debería de estar completa en días o quizás una semana, no semanas o meses", dijo Gil Quiniones, presidente de la Autoridad de Energía de Nueva York (NYPA), quien viajó a la isla el viernes con el gobernador del estado, Andrew Cuomo.
Quiniones, que llevó a un equipo de 10 personas de la NYPA, dijo que el daño en la generación de electricidad es mínimo, pero que las líneas de transmisión y distribución han sido muy golpeadas. Arreglarlas será un proceso largo, por lo que muchos seguirán dependiendo del diésel y la gasolina.
María golpeó la semana pasada el territorio asociado a Estados Unidos como un huracán extremadamente peligroso de categoría 4, con vientos de 249 kilómetros por hora y enormes marejadas, que dejaron al menos 10 muertos y cortaron los servicios de electricidad y de telecomunicaciones.
La recuperación será un reto para la empresa pública de energía PREPA, que se declaró en bancarrota en julio y ha recibido críticas frecuentes de los puertorriqueños por los habituales cortes de luz y por cobrar tarifas más altas que otros estados de Estados Unidos, como Hawái.
Un 55 por ciento de la torres de transmisión de energía fueron destruidas y cerca de un 90 por ciento de la red de distribución, que lleva la electricidad a los hogares, no funciona, según la Asociación Americana de Energía Pública.
El regulador estadounidense de las telecomunicaciones dijo que el 91 por ciento de las torres de celulares no entregan servicio, y fuera de la capital San Juan no hay en la práctica telefonía móvil.
Los equipos de PREPA ya estaban "gastados e inseguros" según un reporte de la empresa eléctrica presentado en abril.
El presidente Donald Trump elogió los esfuerzos de su gobierno para ayudar a Puerto Rico a recuperarse de la destrucción causada por María, pese a los reclamos de que la ayuda federal ha demorado en llegar.
Trump apoyó un aumento de ayuda federal para desastres, que incrementa los fondos para remover los escombros y las medidas de protección frente a emergencias, y dijo que visitará Puerto Rico y las Islas Vírgenes el 3 de octubre.
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