Berlín, Alemania.- En la víspera de la cumbre europea sobre el Brexit, la primera ministra británica Theresa May viajó este martes a Berlín y después debía hacerlo a París para convencer a los pesos pesados de la UE de que le concedan otra prórroga.
La líder británica, que en casa enfrenta las crítica de los conservadores más euroescépticos por su decisión de tender la mano a la oposición izquierdista en busca de un consenso que saque al país del caos político, debe luchar también su batalla en el frente europeo.
Por la mañana voló a Berlín para reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, quien la recibió sin hacer declaraciones a la prensa.
"Tenemos buenas razones de hablar cuando Reino Unido y la UE a 27 se encuentran en una situación difícil, candente", había dicho Steffen Seibert, portavoz de Merkel, la víspera.
Reino Unido debía haber abandonado el bloque el 29 de marzo. Pero ante la negativa del Parlamento británico a aprobar el Tratado de Retirada firmado por May en Bruselas en noviembre, la UE retrasó esa fecha hasta el 12 de abril.
Los líderes europeos se reúnen de nuevo el miércoles y May espera obtener una segunda prórroga hasta el 30 de junio, aunque responsables comunitarios propusieron concederle más bien un largo aplazamiento con la posibilidad de que el país salga antes si logra aprobar un acuerdo.
Reunidos el martes en Luxemburgo para preparar la cumbre, los ministros de Asuntos Europeos dejaron claro que cualquier extensión irá acompañada de condiciones.
Debe "someterse a criterios muy estrictos", afirmó el ministro alemán Michael Roth, insistiendo en la necesidad de que Reino Unido se comprometa a mostrar una "actitud constructiva" si prolonga su presencia en los órganos decisivos de la UE.
La ministra francesa Amélie de Montchalin afirmó que la posibilidad de un aplazamiento "no está asegurada ni es automática" y el negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, volvió a explicar que "la duración de la prórroga debe estar relacionada con el objeto, con qué fin, y dependerá de lo que May diga mañana a los dirigentes europeos".
Dejar claros los motivos
Algunas de las posibilidades a las que se hizo alusión en los últimos días incluirían la organización de un segundo referéndum sobre el Brexit, la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas en Reino Unido o la búsqueda de un consenso con la oposición sobre la futura relación que Londres quiere mantener con el bloque una vez haya salido de él.
Antes de emprender su minigira por Europa, la primera ministra británica ya habló el lunes por teléfono con otros dirigentes de la UE.
Alemania es a los ojos de May un país más conciliador que Francia, quien en los últimos días ha expresado abiertamente su escepticismo sobre las ventajas de una nueva prórroga.
Para intentar persuadir a Emmanuel Macron, la líder británica viajará por la tarde a París donde debe reunirse hacia las 18h00 (16h00 GMT) con el presidente francés.
En menos de tres meses, el Parlamento británico rechazó tres veces el Tratado de Retirada que May firmó con la UE en noviembre. La primera ministra busca ahora el modo de obtener el apoyo del opositor Partido Laborista con la esperanza de que en una cuarta votación, cuya fecha está aún por determinar, la Cámara de los Comunes adopte por fin el texto.
Complicando aún más la situación, los diputados británicos, decididos a tomar el control, aprobaron definitivamente el lunes una ley que obliga al gobierno a pedir un aplazamiento para evitar un Brexit sin acuerdo. Así que el ejecutivo debía consultar el martes con el Parlamento la duración de la prórroga deseada, en un movimiento más bien simbólico dado que la última palabra la tiene la UE.
Si los 27 acuerdan a May una prórroga más allá de este viernes, Reino Unido tendrá que participar en las próximas elecciones al Parlamento Europeo casi tres años después del referéndum en que 52% de británicos votó a favor de abandonar el bloque tras 46 años de membresía. En previsión, el gobierno británico ya fijó el lunes la fecha para estos comicios: el 23 de mayo.