Donald Trump amenazó una vez más con privar a California de una ayuda federal destinada a la lucha contra incendios, tras las críticas formuladas por el gobernador demócrata del estado contra la política ambiental del presidente.
Durante las últimas semanas, varios incendios han arrasado con cerca de 40 mil hectáreas en ese gigantesco estado del oeste de Estados Unidos, donde los bomberos luchaban el domingo contra el fuego llamado "Maria", a unos 100 kilómetros al noroeste de Los Ángeles.
El mandatario retomó los ataques que ya lanzó el año pasado, cuando otros incendios violentos devastaron la parte norte del estado provocando la muerte de 86 personas, y acusó al gobernador Gavin Newsom de "hacer un trabajo horrible en términos de manejo forestal".
"Le dije desde nuestra primera reunión que tenía que limpiar sus bosques, no importaba lo que los ambientalistas le exigieran", dijo el domingo.
"Cada año, es lo mismo (...) viene al gobierno federal por $$$$. Ya se ha acabado. Que se haga cargo de sí mismo", añadió, asumiendo una amenaza que ya se había hecho el año pasado pero que nunca se aplicó.
"Usted no cree en el cambio climático, usted no tiene ningún lugar en esta conversación", le respondió en Twitter el gobernador californiano.
El presidente estadounidense en repetidas veces ha puesto abiertamente en duda, en detrimento del consenso científico, el impacto de la actividad humana en el cambio climático y especialmente sobre la sequía en California, que es responsable del agravamiento de los incendios.
El día anterior, Newsom había criticado en una entrevista con el New York Times al millonario mandatario de "llevar a cabo un ataque a gran escala contra el antídoto" para los incendios, al desmantelar las políticas para combatir el calentamiento global puestas en marcha en su estado.
Lejos de esa disputa, los bomberos seguían el domingo movilizados contra el fuego de Maria, controlado en un 50% y el "fuego de Kincade" más cercano a San Francisco, bajo control en 74%.
Los otros siniestros, incluido uno cerca de los elegantes distritos de Los Ángeles, estaban bajo control y los residentes evacuados estaban empezando a regresar a sus hogares.