WASHINGTON, DC. El esperado libro del periodista de investigación Bob Woodward sobre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, describe el perfil de un mandatario inculto, colérico y paranoico, que sus secretarios y colaboradores se esfuerzan en controlar para evitar sus salidas de tono.
El libro Fear: Trump in The White House (Miedo: Trump en la Casa Blanca), que saldrá a la venta el 11 de septiembre, es un análisis del caos en el Ala Oeste a cargo de Woodward, cuyo trabajo en el diario The Washington Post para desentrañar el caso Watergate contribuyó a la dimisión del presidente Richard Nixon.
Fear, que fue resultado de cientos de horas grabadas de entrevistas con miembros del círculo cercano de colaboradores de Trump, así como de la revisión de archivos, diarios y memorandos, revela cómo el que hasta marzo pasado fuera el principal asesor económico de Trump, Gary Cohn, llegó a tomar medidas extremas para proteger al país, como esconder documentos sensitivos para que el magnate no los leyera o firmara.
Por ejemplo, cuando a comienzos de 2017 Trump pidió a su asesor Rob Porter que redactara una carta para iniciar el proceso de retirada de EU del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), este consultó a Cohn, quien le respondió: "Pararé esto. Le quitaré el papel de su mesa", de acuerdo con el libro.
También le robó una carta que era el anuncio del retiro de EU del Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur, para que Trump no pudiera firmarla. “No iba a dejar que la viera. Nunca va a ver ese documento.
Tengo que proteger al país”, dijo Cohn a uno de sus colaboradores. En otro episodio, se hizo un ensayo de entrevista para determinar si Trump podía testificar ante el fiscal especial Robert Mueller sin cometer perjurio. “Trump reprobó”, según su abogado John Dowd, quien lo considera un "mentiroso".
Entre los detalles adelantados por The Washington Post destaca cuando, en abril de 2017, Trump respondió iracundo a los informes de un ataque químico de Bashar al Asad contra civiles en Siria.
"¡Matémoslo de una puta vez (a Al Asad)! Hagámoslo. Metámonos ahí y matemos a toda esa puta gente", dijo Trump en una conversación telefónica con su secretario de Defensa, James Mattis.
El jefe del Pentágono respondió que se pondría a ello, pero al colgar el teléfono le dijo a un asesor que no harían "nada de eso", sino que organizarían una respuesta "mucho más contenida": el bombardeo contra una base aérea siria que Trump ordenó finalmente. Mattis describió a Trump con alguien con el intelecto de un“niño de quinto o sexto año de primaria”, Woodward también asegura que, en una ocasión, Trump dijo sobre su fiscal general, Jeff Sessions: "Este tipo está retrasado mentalmente. Es un tonto de los del sur (de EU). Ni siquiera le permitirían ser abogado de tercera en Alabama".
Y el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, llamó "idiota" a Trump durante una reunión, en la que comparó el Ala Oeste con "un pueblo de locos", de acuerdo con el periodista.
Kelly negó ayer en un comunicado haber llamado "idiota" a Trump, y la Casa Blanca acusó a Woodward de haber llenado su libro de "historias inventadas" para "dejar mal al presidente".