La Casa Blanca confirmó que las Fuerzas Armadas de Ucrania empezaron a utilizar en el campo de batalla las polémicas bombas de racimo suministradas a comienzos de mes por el gobierno de Estados Unidos, mientras Rusia seguía sacudiendo los mercados mundiales de granos con una escalada de sus ataques en el mar Negro, con una tercera noche consecutiva de bombardeos aéreos contra puertos ucranianos y amenazando a los buques con destino a Ucrania, a lo que Kiev respondió de la misma manera.
“Las están usando apropiadamente y de manera efectiva, y de hecho están teniendo un impacto en las formaciones defensivas y maniobras de Rusia”, defendió en una conferencia de prensa virtual el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
Recomendado para ti: Precios de granos se elevan por la guerra en Ucrania
Un funcionario ucraniano le expuso a The Washington Post que las municiones se dispararon contra posiciones rusas para romper las trincheras y frenar a las fuerzas ucranianas que buscan recuperar el territorio.
También dijo que las bombas de racimo se utilizarán cerca de la ciudad de Bajmut, controlada por Rusia y sitio de la batalla más larga y sangrienta de la guerra.
Estados Unidos anunció el pasado 7 de julio el envío de las bombas de racimo pese a las críticas de Alemania y otros países occidentales y aliados como Canadá y Reino Unido, así como de organizaciones como Human Rights Watch, a las que preocupa el impacto de esas armas sobre la población civil.
Estas municiones, prohibidas en más de un centenar de países, funcionan liberando numerosas minibombas más pequeñas con un gran rango de alcance. Se teme que su uso pueda suponer el minado de grandes zonas.
El 13 de julio, el Pentágono confirmó que esas bombas se encontraban ya en territorio ucraniano.
El presidente ruso, Vladimir Putin, amenazó el pasado domingo con tomar represalias contra Ucrania si ese tipo de arma “se usa contra nosotros”.
En tanto, el sur de Ucrania sufrió su tercera “noche de infierno” consecutiva por bombardeos rusos que golpearon especialmente al puerto de Odesa, en el mar Negro, nuevo objetivo de Moscú desde que se retiró de un acuerdo de granos clave para la alimentación mundial.
Desde ese día, Moscú ha lanzado una lluvia de misiles cada noche sobre las dos mayores ciudades portuarias de Ucrania, Odesa y Mikolaiv. Los ataques de ayer parecían ser los peores hasta la fecha.
Al menos 27 civiles fueron heridos en los ataques aéreos contra los puertos, que incendiaron edificios y dañaron el consulado de China en Odesa.
Las señales de que Rusia estaba dispuesta a utilizar la fuerza para reimponer su bloqueo a uno de los mayores exportadores de alimentos del mundo dispararon los precios mundiales.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
EU dijo por su parte que la advertencia rusa a los barcos indicaba que Moscú podría atacar buques en el mar luego de retirarse esta semana del acuerdo.
En respuesta, Ucrania informó que desde hoy considerará a todo buque que navegue el mar Negro hacia puertos rusos o territorios ocupados como un potencial “barco militar”, tras una decisión similar de Moscú con los navíos con destino a puertos ucranianos.