CARACAS. El gobierno de Venezuela se creció tras un ataque marítimo en las costas cercanas a Caracas, un hecho cuestionado por la oposición, que lo calificó como “montaje” debido a sus “incongruencias” y “contradicciones”.
El gobierno abatió a unos “mercenarios” cuando intentaron una incursión marítima al país desde Colombia.
El supuesto grupo buscaba “incrementar el espiral de violencia y generar caos en la población”, dijo el ministro del Interior, general Néstor Reverol, en una declaración a la televisora del Estado a primeras horas de la mañana.
“Pretendieron realizar una invasión por vía marítima, un grupo de mercenarios terroristas procedentes de Colombia”, agregó Reverol, sin anunciar medidas especiales de seguridad.
En la acción fue incautada una lancha rápida, seis camionetas, diez fusiles y dos “ametralladoras (...) robadas del Palacio Federal Legislativo en abril de 2019”, detalló Reverol.
En el operativo ocurrido en la madrugada murieron ocho personas y dos fueron detenidas, dijo poco después el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, el segundo hombre más poderoso del oficialismo.
Sobre los detenidos, adelantó que uno de ellos, de nacionalidad venezolana, reconoció haber trabajado con la Agencia Americana Antidroga (DEA), un cuerpo expulsado del país en el año 2005 y al que la llamada revolución bolivariana acusa de promover el narcotráfico y golpes de Estado en Latinoamérica.
Los presuntos atacantes, según Reverol, usaron lanchas rápidas y llegaron a las costas de Macuto, cerca a La Guaira, una población costera venezolana próxima a la capital, Caracas.
Por su parte, la cancillería colombiana rechazó los señalamientos y puntualizó que las costas de La Guaira están a más “de 490 kilómetros del punto de costa más cercana de Colombia. Se trata de una acusación infundada, que intenta comprometer al Gobierno de Colombia en una trama especulativa”.
El ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, dijo en la televisión estatal que una de las embarcaciones se hundió y por eso buscaban posibles personas y armas en el agua.
El jefe del parlamento y líder opositor, Juan Guaidó, dijo que el gobierno intenta alejar la atención del caso de la muerte de al menos 46 reos en una cárcel del centroeste del país ocurrida el viernes y de los tiroteos de bandas criminales en una barriada de Caracas el sábado por la noche.
“El régimen busca desviar la atención ante un supuesto hecho en las costas (de La Guaira), plagado de incongruencias, dudas y contradicciones”, dijo en un comunicado.
Más tarde, un grupo de militares venezolanos, algunos retirados, difundió varios videos en la red social Twitter en los que se adjudican la autoría de la “invasión frustrada”.
“Únanse a esta gesta libertadora, restablezcamos juntos la paz y la libertad y el hilo constitucional”, dice, acompañado por otros 17 uniformados, Robert Colina Parra, alias “Pantera”, quien se identifica en uno de estos vídeos como capitán de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada).
La vinculación de Colina Parra con estos hechos fue confirmada antes por Diosdado Cabello, quien aseguró que el capitán es uno de los ocho fallecidos.
Un portavoz del Departamento de Estado estadounidense dijo que tenían “pocas razones para creer cualquier cosa que salga del antiguo régimen. El régimen de (el presidente Nicolás) Maduro ha sido consistente en el uso de información errónea para cambiar el enfoque de su mala gestión de Venezuela”.
El gobierno de Maduro ha denunciado a lo largo de los años sucesivas conspiraciones e intentos de golpe de Estado en su contra y asegura que todos cuentan con el apoyo del gobierno de Estados Unidos, que busca sacarlo del poder.
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