Luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara la muerte del líder islámico Abu Bakr al Baghdadi, en redes sociales comenzó a circular videos de la operación militar de Estados Unidos.
En una de la grabaciones de muestra el supuesto momento en que el terrorista más buscado del mundo se quitó la vida, ante los inminentes bombardeos de helicópteros y aviones militares.
En otro video se muestra cómo quedó el lugar después del suicidio de Baghdadi y los ataques de la operación estadounidense.
Esta mañana el mandatario estadounidense anunció la muerte del líder del Estado Islámico, Abu Bakr al Baghdadi, en una operación de las fuerzas especiales estadounidenses llevada a cabo en Idlib, noroeste de Siria.
Murió como un perro, murió como un cobarde
¿Quién era Abu Bakr al Baghdadi?
Al Bagdadi ha sido el terrorista más buscado del mundo desde la muerte de Osama bin Laden y una figura siniestra capaz de proclamar un sangriento califato con el que exportar su guerra santa por todo el mundo.
Despiadado y huidizo, el caudillo del grupo terrorista Estado Islámico (EI), de 48 años en el momento de su muerte, amparó el asesinato de miles de civiles por motivos religiosos y, mediante durísimos castigos, impuso en sus dominios un régimen teocrático con usos y costumbres medievales inspirados en los albores del islam.
El reinado de terror de Al Bagdadi será recordado especialmente por los métodos sanguinarios de los que se servían sus acólitos en sus vídeos propagandísticos, dotados siempre de un impecable e inconfundible sello profesional que ha contribuido a la amplia difusión de sus crímenes y de sus ideas radicales.
Se dejó ver únicamente en dos ocasiones
El escurridizo líder del EI, dado por muerto varias veces, solo se dejó grabar en público en una única ocasión: fue durante un discurso en la gran mezquita de la ciudad de Mosul, la que fue la capital de facto del grupo yihadista en Irak, a finales de junio de 2014. Su alocución, en la que se veía rodeado de sus súbditos, se difundió una semana después de haberse arrogado el título de califa, reservado en el pasado a los dirigentes que pertenecían al linaje de Mahoma.
La segunda y última vez que se le vio fue el pasado 29 de abril en una filmación en la que, de nuevo rodeado de algunos de sus camaradas, reconocía la derrota del grupo en Al Baguz, el que fue su último bastión en la provincia de Deir al Zur, en el este de Siria. Pero con un poco más de frecuencia eran distribuidos algunos mensajes de voz.
Su última prueba de vida salió hace algo más de un mes, el 16 de septiembre, cuando llamó en un mensaje sonoro de media hora a la batalla global y a liberar a las mujeres de los yihadistas que se encuentran encerradas en campamentos en el norte de Siria controlados por los kurdos.
Vestido de negro, color que identifica a los descendientes del profeta, y con la barba larga, el jefe del EI se entronizó con el megalómano nombre de guerra de Abu Bakr al Bagdadi al Huseini Al Quraishi, con el que pretendía emparentarse tanto con la tribu de Mahoma, los Quraishi, como con Abu Bakr, el primer califa.
Nacido en la ciudad iraquí de Samarra en 1971, Ibrahim Awad Ibrahim Ali al Badri al Samarrai -su verdadero nombre- cursó estudios universitarios y ejerció de predicador durante años, antes de unirse a la resistencia armada contra la ocupación estadounidense bajo el paraguas de la filial de Al Qaeda en Irak. En ese periodo, fue detenido y encerrado cuatro años en el campo de prisioneros de Bucca, administrado por las fuerzas de Estados Unidos, antes de reengancharse de nuevo a la lucha armada.
Con información de EFE