WASHINGTON. Un intruso atacó "violentamente" con un martillo al esposo de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, tras irrumpir en su casa de California Y y gritar "¿Dónde está Nancy?", según la Policía.
Se trata del episodio más reciente de violencia política en Estados Unidos de cara a las elecciones intermedias del 8 de noviembre, un fenómeno que va en ascenso desde el asalto al capitolio de Washington el 6 de enero de 2021.
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Nancy Pelosi no se encontraba en la vivienda cuando se produjo el allanamiento y la agresión a su marido, quien fue operado con éxito de una fractura de cráneo y atendido de otras heridas.
El jefe de Policía señaló que la investigación aún sigue abierta y que se desconoce, de momento, el motivo del allanamiento, sin embargo, el hecho de que fuera dirigido a un personaje político de la envergadura de la tercera persona más poderosa del país (solo por detrás del presidente Joe Biden y la vicepresidentente, Kamala Harris), se considera como violencia política.
Menos de dos semanas antes de las elecciones, varios legisladores estadounidenses han hecho sonar la alarma sobre la renovada violencia en su contra.
Según la Policía del Capitolio, responsable de proteger a los congresistas, las amenazas contra políticos aumentaron considerablemente desde 2017, pasando de tres mil 939 a nueve mil 625 en 2021.
El diario estadounidense The New York Times, reveló que los casos de violencia política en Estados Unidos se dispararon a raíz de la turba ultraderechista proTrump al tomar violentamente el Congreso, y obtuvieron un repunte luego de la allanamiento a la residencia de Florida Mar-a-Lago del exmandatario.
Estos incidentes convirtieron las amenazas en una realidad cuando motivados por declaraciones de Trump en su plata- forma Truth Social, que instaba a sus simpatizantes a atacar al FBI, quien encabezan la investigación contra el expresidente por retener información clasificada del gobierno.
Sus simpatizantes reaccionaron al mensaje "Maten al FBI" literalmente, y Ricky W. Shiffer, de 42 años, se presentó en una oficina de la agencia de Inteligencia en Cincinnati con un rifle estilo AR-15. Fue abatido a tiros tras disparar varias veces contra la policía en el enfrentamiento.
Previo a este incidente, varias denuncias se han registrado desde consejeros escolares, hasta miembros del Congreso federal. Por ejemplo, un exmarine renunció a participar en el desfile del 4 de julio en Houston por amenazas tras su apoyo a los derechos de los transexuales.
El alcalde homosexual de una ciudad de Oklahoma dimitió de su cargo tras coacciones violentas, también un hombre fue detenido por amenazar con matar a la presidenta del Caucus Progresista del Congreso, la representante Pramila Jayapal (demócrata de Washington).
También el representante Adam Kinzinger III, uno de los dos republicanos del comité de la Cámara de Representantes que investiga el ataque al Capitolio compartió las cartas y los mensajes de voz con amenazas de muerte.
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Estadísticas del FBI confirman que hay cerca de dos mil 700 investigaciones abiertas sobre amenazas-una cifra duplicada desde 2020-.
En tanto, una encuesta realizada por Newsweek y Statista reveló un dato interesante: el porcentaje de estadounidenses que ven la violencia como un medio legítimo para el cambio político se disparó en los últimos cinco años, una cifra alarmante en un momento de gran polarización. Con información de AFP, EFE y Reuters