La caravana de alrededor de dos mil migrantes hondureños que salió el pasado sábado de su país, y que se encuentra ya en Guatemala, retomó su camino rumbo a Estados Unidos vigilada por una fuerte presencia policial, mientras en Chiapas hay retraso en expedición de visas humanitarias y salvoconductos, lo que ha provocado que cientos de indocumentados sigan asentados en la entidad.
Los hondureños pasaron la noche del lunes en el departamento guatemalteco de Chiquimula, donde los habitantes del lugar les dieron café y pan dulce; algunos se acercaron a la basílica de Esquipulas a rezar y pedir protección para el viaje.
El Ejército de Guatemala puso a disposición de los migrantes tres camiones para que voluntariamente regresaran a la frontera con Honduras y muchos decidieron retornar por la incertidumbre, aunque la mayoría continuó el viaje.
El presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó ayer con retirar “de inmediato” los fondos de ayuda que su país proporciona a Honduras si los centroamericanos no se detienen antes de llegar a territorio estadounidense.
Mike Pence, vicepresidente de EU, le exigió al mandatario guatemalteco, Jimmy Morales, cooperación, mientras condenó la "falta de consideración" de Honduras respecto a la frontera estadounidense y su soberanía.
Además, el organizador del movimiento fue detenido ayer en Guatemala, dijo un testigo de Reuters. Contó que tres oficiales de la policía aseguraron en medio de la multitud al activista y exdiputado Bartolo Fuentes, líder de la caravana.
TAPACHULA, EN ALERTA
De este lado de la frontera, activistas denuncian el retraso y tope que autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) cometen en la expedición de visas humanitarias y permanentes, así como salvoconductos para inmigrantes.
Según Luis Villagrán, defensor de inmigrantes, esto ha provocado un estado de emergencia debido a que muchas familias están a la deriva, sin dinero y a la espera de que el INM y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados brinden permisos para transitar por México.
Afuera de las instalaciones del INM, al sur de Tapachula, niños y adultos aguardan para realizar trámites que regularicen su estatus en el país. Al pasar de los días, familias enteras optan por abandonar el trámite oficial y se marchan con la idea de tener suerte en su viaje hacia el norte del país.