La multa que la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) aplicó a la empresa Sistemas Empresariales del Golfo por el desmonte que hizo para la construcción de una refinería en Dos Bocas, Tabasco, es sólo la primera parte del proceso.
Lo que sigue debe incluir denuncias penales y sanciones a servidores públicos, señala Gustavo Alanís Ortega, presidente del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).
“Quién sabe quién la contrato y quién le pagó, no sabemos. Si hay una triangulación del pago. Si la contrató la Secretaría de Energía o Pemex o un tercero interesado, no lo sabemos. El caso es que ellos confesaron ante la ASEA que son los responsables del desmonte y el daño al mangle”, afirma.
Para Alanís, la sanción sienta un precedente, pero se tiene que investigar qué responsabilidad pueda tener Petróleos Mexicanos y la Secretaría de Energía, en función de que “de alguna manera son los interesados y son los promoventes del proyecto”.
De acuerdo con la denuncia iniciada ante la ASEA por el Cemda, la tala empezó el 8 de septiembre del año pasado y la denuncia se hizo el 16 de noviembre, todo este proceso se inició en el gobierno anterior, por lo cual la ASEA inició las investigaciones, dijo.
“Creemos que Sistemas Empresariales del Golfo es una empresa de allá, de Tabasco; los hemos buscado por todos lados y no obtuvimos información de qué hacen o donde están sus oficinas, lo que sí es que ellos están confesos de que hicieron el desmonte y dañaron el mangle”.
“Habría qué ver qué más hay atrás de esta empresa, pero es claro que el destino de esos terrenos es llevar a cabo la refinería en Dos Bocas, porque así está expresado por el propio Presidente de la República y por la propia titular de la SE”.
Señala que cuando revisaron el sistema de trámites de Sermanat y de la ASEA se dieron cuenta de que no existía ningún permiso, ninguna autorización ni en materia de impacto ambiental ni de cambio de uso de suelo en terrenos forestales, y que para haber hecho eso lo necesitaban.
“Esos terrenos son de Pemex y ellos los dejaron entrar a hacer los trabajos, nadie más los pudo autorizar. Es su casa, sólo con su permiso, con su autorización, es que pudieron hacer los trabajos. Hay responsables dentro de la paraestatal y del gobierno, sin duda, pero eso es algo fuera de nuestra competencia”, señaló.
“Lo que hoy nosotros podemos decir es que no hay una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que solvente el trabajo que se hizo. Incluso la Secretaría de Energía dijo que ya se habían hecho y nosotros revisamos y no encontramos nada, ni siquiera el proyecto de la refinería; esto es porque no existe, no está hecho”, aclara.
Alanís Ortega dice que es muy mala señal para el nuevo gobierno hacer las cosas con tanta prisa porque se están brincando pasos que son muy importantes, ya que si dejan de cumplir con los requisitos es muy mala señal para los proyectos que quieren hacer en el futuro.
IMP, PEMEX Y CONABIO NO VALIDARON DOS BOCAS
Gustavo Alanís señala que para respaldar su denuncia llevaron pruebas. “Presentamos tres documentos, uno fue del Instituto Mexicano del Petróleo, un estudio del 2008, donde dice el IMP que examinó siete sitios para ver dónde convenía instalar la refinería y resulta, de manera concluyente, que el menos apto, el menos indicado es el de Paraíso.
“Presentamos un estudio interno de Pemex donde pretendían declarar esa zona como una zona de reserva ambientaL, y mostramos otro de la Conabio, donde decía que ahí había manglar", finalizó