Se localizaron 4 mil 290 fragmentos de cadáveres en el predio conocido como Rancho Dolores, ubicado en el municipio de Cuauhtémoc, ello al culminar las fases de rastreo en las investigaciones de personas desaparecidas. Algunos de los restos óseos datan desde el 2011, además de que algunos otros presentan alteraciones térmicas, lo que indica que los cuerpos fueron calcinados y depositados en la zona.
El predio, ubicado a la altura del campo menonita 6 y ½, en el municipio de Cuauhtémoc, se convirtió en un centro de exterminio del crimen organizado, donde se realizaron diversas intervenciones forenses, por parte de un equipo multidisciplinario y de asociaciones civiles que brindan acompañamiento a familias con personas desaparecidas.
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En este campo de inhumación clandestina se estima que una gran parte de las personas desaparecidas en la región pudieran ser parte de las víctimas localizadas.
En los diversos rastreos participaron la Comisión Local de Búsqueda, Ministerio Público, elementos de la Agencia Estatal de Investigación de la Zona Occidente, Antropología Forense, Servicios Periciales y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
La intervención en este predio se complicó debido a la extensión y orografía, pues buscaron entre montes, veredas y arroyos. De acuerdo a la información oficial de la Fiscalía General del Estado, durante los días del 22 al 24 de junio se hallaron 165 fragmentos óseos y se recuperaron 11 evidencias forenses, ello como parte del resultado del procedimiento de cribado.
Los rastreos y búsqueda datan de varios años, en muchos de los casos se han encontrado evidencias que se someten a un proceso de pruebas forenses, que coadyuvan en las investigaciones.
En la segunda fase del rastreo se localizaron pequeños fragmentos deteriorados y expuestos al fuego. El 30 de junio se informó de la localización de mil 294 fragmentos óseos con alteración térmica y 54 elementos diversos; el primero de julio fueron 885 fragmentos óseos con alteración térmica, así como 19 evidencias de interés de criminalística.
La tercera fase del rastreo del lunes 4 de julio arrojó mil 419 fragmentos óseos con alteración térmica y un indicio. Para el 5 de julio se localizaron 71 fragmentos óseos con alteración térmica y dos indicios diversos.
Para finales del mes de octubre se inició la cuarta y última fase del rastreo, el proceso duró alrededor de seis semanas, ya que el pasado fin de semana concluyó con el hallazgo de 456 restos y 35 indicios de interés criminalístico.
Todas las evidencias fueron embaladas para su traslado al laboratorio de Ciencias Forenses, en donde son procesados como parte de las investigaciones que permitan determinar a qué persona pertenecen.
Además, se informó que parte del predio se inspeccionó con drones a fin de detectar mayores evidencias. En total, el hallazgo fue de 4 mil 290 restos óseos y 122 indicios de interés criminalístico.
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En el rastreo participaron elementos de la Comisión Local de Búsqueda, MP, AEI Occidente, antropólogos forenses, Servicios Periciales y Equipo Argentino de Antropología Forense