TAPACHULA. Más de un centenar de templos evangélicos cerraron sus puertas para salvaguardar la seguridad de sus pastores y feligreses ante la ola de violencia en los municipios de la Sierra de Chiapas, inseguridad que también obligó a que clérigos y devotos abandonen sus hogares, aseguró Gamaliel Fierro Martínez, presidente de la Asociación de Pastores Evangélicos de Tapachula.
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“Es lamentable que las autoridades no intervengan para frenar toda la violencia que se vive en los municipios de la Sierra. Más de un centenar de iglesias evangélicas han tenido que cerrar por la presencia de los grupos delincuenciales”, dijo en entrevista con Diario del Sur.
Fierro Martínez explicó que la violencia afectó el funcionamiento en los templos de los municipios de Mazapa de Madero, Bejucal de Ocampo, Bella Vista, El Porvenir, Siltepec, Chicomuselo y Amatenango de la Frontera, entre otros, los cuales dejaron de realizar sus cultos de manera temporal debido a que pese a que aún confían en Dios, existe temor.
“Como cualquier ser humano todos están atemorizados por la presencia de los grupos delincuenciales que están en esa zona y de alguna manera se siente la inseguridad”, comentó el representante evangélico.
El pastor Fierro contó que más de un centenar de ministros evangélicos, junto con sus familias y habitantes de esos municipios, abandonaron sus viviendas para refugiarse en las montañas ante los enfrentamientos entre cárteles que se disputan la región.
Añadió que como pastores evangélicos llamaron a las autoridades federales y estatales a cumplir con su responsabilidad y garantizar la seguridad para las familias de los municipios de la Sierra.
“Hay una represión generalizada en la Sierra y es lamentable que esto ocurra en nuestro estado. Ha sido desconocimiento de las autoridades federales y estatales, y da pena que no intervengan para poner un alto a las arbitrariedades que hacen los grupos delincuenciales”, comentó el presidente de la Asociación de Pastores Evangélicos de Tapachula.
Fierro Martínez mencionó que las iglesias emprendieron jornadas de oración para pedir que regrese la paz. “Aquí el pueblo cristiano está en oración, oramos por toda la problemática que vive nuestro estado de Chiapas, oramos para que todo esto cese y todas las familias tengan paz y tranquilidad, pero también pedimos a las autoridades que hagan la parte que les corresponde de dar seguridad a la población”.
De acuerdo con el Censo 2020 del Inegi, en Chiapas un millón 795 mil 861 personas profesan la religión evangélica, el segundo culto con más devotos sólo por debajo del catolicismo. También destaca que es la entidad con más evangélicos en el país.
El líder de los pastores evangélicos de Tapachula agregó que debido a las acciones de violencia del crimen organizado los insumos escasean: “Acá en la sierra de Motozintla, Comalapa, ha habido carestía de alimentos debido a la delincuencia”.
La espiral de violencia en las zonas Altos, Sierra y Frontera de Chiapas tras los enfrentamientos entre los cárteles de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa por el control de las plazas provocó la movilización de por lo menos dos mil 300 militares en la zona limítrofe entre México y Guatemala.
El 20 de enero de este año, El Sol de México publicó que miles de personas de municipios de la sierra chiapaneca, entre ellos Chicomuselo, abandonaron sus hogares debido a los enfrentamientos entre los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa.
En esa ocasión, el delegado de Protección Civil de Comitán, Mariano de Jesús González Cordero, informó que se tenían distribuidas en diferentes refugios a más de 500 personas que huyeron de la Sierra por la violencia.
En la Sierra, los pobladores han impedido el ingreso de las fuerzas federales a quienes señalan de estar ligadas a grupos delincuenciales.
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba) documentó que alrededor de tres mil personas fueron desplazadas en los últimos meses, mientras que el último registro de Protección Civil del estado era de mil 864 en la región de Chicomuselo.
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Frayba señala que desde junio de 2021 a la fecha han sido víctimas de desplazamiento forzado más de 10 mil personas, quienes huyeron de sus hogares para salvar sus vidas.
Entre los desplazados está considerada la población en general, y entre ellos se encuentran religiosos de diferentes iglesias, incluidos pastores, sacerdotes y fieles de varias devociones.