El gobierno de Quintana Roo construirá una planta desalinizadora en la Isla Cozumel, cuya inversión se estima en 62.3 millones de pesos, esto ante el crecimiento de demanda de agua potable en la región por nuevos proyectos inmobiliarios.
Actualmente, la población de Cozumel demanda una dotación de agua potable de 196.38 litros por segundo (lps) en promedio, pero el municipio sólo cuenta con una capacidad de 146.03 lps, por lo que para atender a todos los usuarios el agua potable se suministra por tandeos y con pocas horas de servicio al día, situación que se agrava en época de sequía y con el incremento de nuevos desarrollos habitacionales y turísticos.
Puede interesarte: Sonora apuesta por energías limpias: construirán cinco plantas solares
“En los próximos años esta situación se tornará aún más difícil ya que la demanda de agua potable de los nuevos desarrollos habitacionales es de 100 lps adicionales”, dice un proyecto de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) elaborado por el gobierno de Quintana Roo.
El documento, ingresado a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), prevé satisfacer la demanda mediante la construcción de una planta con tecnología de tratamiento de agua por osmosis inversa.
Dicho proceso consta de forzar el paso del agua salada por unos filtros hasta llegar a un equilibrio, esto mediante el principio de igualdad de concentraciones donde se fuerza al líquido a cruzar una membrana semipermeable donde quedará la sal y podrá desalinizarse.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
La Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Quintana Roo explicó que la obra contará con dos construcciones, una en la que se alojarán los equipos de osmosis inversa denominada en planos como “Nave de equipos”, misma que contendrá internamente divisiones para laboratorios y caseta de operación, así como una construcción adjunta para los almacenes y bodegas.
Refirió que el agua se obtendrá del subsuelo a través de un pozo mediante el cual se realizará la extracción para su tratamiento y posterior abastecimiento de la población, a diferencia de plantas como la ubicada en Litibú, Nayarit, que tiene una capacidad de producción de 40 litros por segundo de agua potable utilizando como materia prima agua de mar.