El nuncio apostólico en México, Franco Coppola, visitó la zona de conflicto de Aguililla, Michoacán, donde señaló que “la violencia no sólo está en Aguililla, está en todo México” y reclamó que las autoridades dejan en la indefensión a sus pueblos.
Refirió que el Papa Francisco quiere ayudar a México porque es el país de habla hispana con más católicos y aclaró que “el crimen y los criminales se aprovechan de la soledad”, en referencia a pueblos como El Aguaje, colindante con Aguililla, donde son muy pocos los habitantes que quedan por los constantes enfrentamientos entre los grupos del crimen organizado.
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“A veces las autoridades no pueden o no quieren. La gente se siente sola, nuestra misión es estar cerca, como la Virgen lo hizo con su hijo. La Iglesia debe estar al lado del pueblo, no alejarse nunca”, dijo y añadió que el Papa sabe que en estas situaciones la gente se queda sola.
Compartió que cuando llegó a México le asombraron dos cosas: la enorme pobreza y la violencia, y dijo que funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) del sexenio pasado le pidieron no hablar de esa clase de temas “para no alejar al turismo”, lo que consideró como la más clara expresión de cómo un gobierno abandona a su pueblo.
Luego de ofrecer una misa en la localidad de El Aguaje, epicentro de la disputa armada entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el cártel de Los Viagras, Franco Coppola afirmó que como italiano reconoce que una de las cosas malas que exportaron es la mafia.
“En Italia sabemos donde se implanta y donde florece la mafia: donde el Estado no está, y donde el Estado no está, donde el poder público, el interés público no está, hay siempre intereses particulares que buscan apoderarse e imponerse”, dijo.
El sacerdote italiano dijo que le daba tristeza ver tantas casas abandonadas en esta comunidad, pero al mismo tiempo agradeció a los feligreses por atreverse a regresar, “por tener el valor de salir de sus casas, por tener el valor de regresar a su pueblo”.
Afirmó que la Iglesia católica no desea desafiar con este recorrido a ningún grupo del crimen organizado, sino dar acompañamiento a las víctimas, un consuelo espiritual ante el abandono en el que se encuentran.
Sin embargo, hizo un llamado a los miembros de las organizaciones delictivas para que rectifiquen su camino.
Subrayó que la Iglesia no es Gobierno, por lo que no pueden interferir en políticas públicas, pero que es necesario dar a conocer los problemas de esta comunidad.
“Es necesario que el mundo sepa qué pasa, no hay por qué callar. Si los medios callan, le hacen un favor a los malos”, dijo, aunque luego matizó en esa conceptualización y abundó en la complejidad que lleva a los individuos a optar por las actividades ilícitas.
Durante la celebración religiosa en El Aguaje, una mujer de la localidad tomó el micrófono para, a nombre de todos sus vecinos, agradecer la visita del religioso a quien confesó que viven con miedo porque han escuchado y visto los enfrentamientos entre bandas criminales y no quieren que eso sea para siempre.
Franco Coppola hizo votos porque el futuro sea distinto. “Ojalá que la próxima vez que regrese sea para celebrar que reina la paz”, remató.
El obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio, prometió conseguir rosarios bendecidos por el Papa Francisco, sólo que el nuncio se adelantó y sorpresivamente repartió varios de ellos entre los más pequeños del templo.
A lo largo del día, el nuncio se reunió de forma privada con personas de la comunidad víctimas de la violencia, quienes le relataron su propia experiencia sobre un panorama que no ha cambiado durante los últimos meses.
La visita del representante del Papa fue custodiada por militares y policías de Michoacán. A su llegada fue recibido por pobladores con consignas como “Viva Aguililla”, “Queremos paz” y “Dios bendiga a este pueblo”.
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Fue durante el trayecto de Apatzingán a Aguililla, cuando Coppola pudo ser testigo de el rastro de violencia en las diferentes localidades, al apreciar un sinnúmero de casas abandonadas, pintas con las siglas del Cártel Jalisco Nueva Generación, pavimento destrozado e incluso edificios con impactos de bala. Sin embargo, una vez que el religioso abandonó la comunidad, las calles volvieron a quedar vacías ante el temor a los grupos violentos.
SIGUE LA VIOLENCIA
Un enfrentamiento y bloqueos carreteros se registraron ayer en el municipio de Buenavista Tomatlán, enclavado en la Tierra Caliente, a poco más de una hora de camino de Aguililla. De acuerdo a reportes de la Dirección de Seguridad Pública, el enfrentamiento tuvo lugar en las inmediaciones de la comunidad de Pueblo Viejo, sobre la carretera Apatzingán-Los Reyes, peor no se reportaron heridos.