Una vez que Tarímbaro obtuvo recientemente la marca colectiva Región de Origen en el torito de petate, continúa el trámite en la búsqueda de un registro más, el del pulque, que pudiera estar lista en el 2018 antes de que concluya la administración pública municipal.
Con ambos reconocimientos, se fortalecerá el expediente para solicitar de nueva cuenta ante la Secretaría de Turismo federal se incluya a Tarímbaro en la lista de Pueblos Mágicos, al ser una localidad con historia, un pueblo evangelizador, cuenta con el primer santo michoacano, dispone de inmuebles antiguos y zona arqueológica, además de arraigo en sus tradiciones y costumbres populares.
Lo anterior fue informado por Mario Gaona García, presidente del Comité Pro Pueblo Mágico de la referida demarcación, quien indicó que para el registro del pulque ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial existe una coordinación con la Secretaría de Desarrollo Económico, tanto en inversión como para gestión de la marca, cuyo costo del trámite es de 450 mil pesos.
En días pasados se firmó el convenio de colaboración con la Sedeco para la participación económica entre ambos niveles de gobierno; la aportación estatal es de 250 mil pesos y el municipio aporta el resto.
Durante las celebraciones de Cuaresma con el Carnaval y Semana Santa, Tarímbaro se distingue por el colorido, tamaño y fiesta en torno a los toritos, a cuya elaboración se dedican tres barrios del municipio y unas cinco familias.
En tanto, a la tradición del ccortes de las pencas y raspado del maguey para la obtención de aguamiel y posteriormente el fermentado para la obtención de pulque se dedican unos 50 hombres, en su mayoría de edad avanzada, quienes continúan con su elaboración al ser considerada la “bebida de los dioses”.
SE CONCRETA RECONOCIMIENTO
De acuerdo con Mario Gaona, en el 2016 se presentó ante el IMPI el Registro de Marca Colectiva para los toritos, el cual se obtuvo recientemente, indicó sin precisar la fecha en que la institución otorgó la misma.
En Tarímbaro la tradición de la elaboración de los toritos tiene más de 400 años, en la cual se involucran los habitantes de los barrios de San Marcos, La Doctrina y La Cruz.
Cada año se construye un nuevo toro con estructura de grandes dimensiones y colorido, de hasta cinco metros y un peso de 100 kilogramos, los que durante el martes de Carnaval salen a bailar por las calles.
El origen de esas celebraciones se remonta a fiestas paganas de tiempos precristianos, que correspondían al ritmo de las estaciones y de los trabajos agrícolas.
En México se presume que los toritos de petate fueron inventados luego de la Conquista como una burla a las corridas de toros que apreciaban los españoles.
A partir de tal reconocimiento se impulsará un proyecto de la creación de una casa de la cultura donde se enseñe a las nuevas generaciones sobre los antecedentes y elaboración de los toritos, además de iniciar la comercialización formal de piezas.