CIHUAHUA.- El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano consideró que el nuevo gobierno deberá asumir la responsabilidad de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, independientemente de los resultados de la consulta ciudadana que instrumentó el presidente electo Andrés Manuel López Obrador y donde ganó Santa Lucía.
“El resultado de la consulta de que hizo, como quiera que se haya aplicado, no le quita la responsabilidad de la decisión que se tome al nuevo gobierno, ya que independientemente de cómo se haya tomado la decisión, la responsabilidad de ésta recae en el nuevo gobierno, y las consecuencias las tendrán que asumir ellos, para bien o para mal”, explicó Cárdenas Solórzano en entrevista con la Organización Editorial Mexicana.
El fundador del Partido de la Revolución Democrática y uno de los artífices del andamiaje institucional mexicano recomendó a López Obrador “aceptar la crítica real y positiva, o en caso de ser necesario rectificar de sus decisiones”.
—¿El anuncio de que no revertirá la Reforma Energética no ha causado un distanciamiento entre ambos?
—No, simplemente tenemos un punto de vista distinto sobre una cuestión muy particular, pero no quiere decir que haya algún problema o controversia entre nosotros. Desde entonces (3 de julio) no lo he visto pero es una buena relación.
—¿No cree que luego del 1 de julio tenemos un nuevo partido hegemónico que tiene la presidencia, mayoría en ambas cámaras, y en 19 de 26 congresos renovados?
—En un sentido sí, pero en otro no, no es hegemónico sino por el voto ciudadano, no hegemónico como en otros momentos sería el PRI porque no había en realidad un juego electoral, por la imposición que se daba en la mayor parte de los casos, aunque hay que decirlo, no en todos, que se imponían los principales cargos de elección, pero hoy hay una enorme diferencia cualitativa. Me parece que es muy pronto para calificarlo así.
—¿Qué tiene que pasar para consolidar hoy una verdadera oposición a la nueva fuerza política mayoritaria?
—Me parece muy absurdo pensar que hay que ser oposición por la oposición misma. Hay que ser críticos, si se quiere, pero racionalmente, sabiendo reconocer los avances, retrocesos y obstáculos, sin que eso signifique aplaudir o contradecir en todos los casos, pero me parece que no se puede ser oposición por sólo oponerse.
—Si las circunstancias lo demandaran, ¿dónde estaría militando Cuauhtémoc Cárdenas en este momento?
-En ningún partido, porque así me siento con más libertad para hacer y decir cosas asumiendo mi responsabilidad individual, sin tener que asumir una responsabilidad colectiva. Esto no quiere decir que no coincida con mucha gente que está dentro y fuera de los partidos, o que no pueda trabajar de manera individual en lo que considere necesario.
—¿Con el nuevo gobierno hay riesgo de perder espíritu crítico en la ciudadanía?
—No veo por qué perderlo. Tenemos el caso del aeropuerto, donde ha habido posiciones totalmente contrarias en todos los sentidos.
—¿Considera que fue un ejercicio verdaderamente democrático?
—Bueno, no hay nada que se oponga a que yo le pregunte a usted si le gusta que venga con corbata o sin corbata, usted puede responder sí o no. Nada nos impide pedir la opinión de la ciudadanía, y en ese sentido no veo nada indebido. Ahora bien, el resultado de la consulta que hizo, como quiera que haya sido, no quita la responsabilidad que se tome por parte del nuevo gobierno, independientemente de cómo se haya tomado la decisión, la responsabilidad está en el nuevo gobierno, y las consecuencias las tendrán que asumir ellos, para bien o para mal, al igual que en todas las obras que se hagan con recursos o por decisiones oficiales.
—¿La ciudadanía está preparada para el nivel de democracia que quiere fomentar el nuevo gobierno?
—Para tomar una decisión lo que se requiere es información suficiente, si no estamos suficientemente informados, no podremos dar una respuesta adecuada, cualquiera que sea el tema. Habrá quienes digan, yo no sé de ciencias espaciales, no tengo los conocimientos, que decidan quienes saben de esas cosas”.
—¿Cuáles deben ser los principales focos a atender en el próximo sexenio?
—Fundamentalmente hay que cambiar el modelo de desarrollo. No podemos seguir con un esquema de desarrollo donde prevalezca la exclusión social, la atonía económica, que no haya crecimiento económico, donde el combate a la inseguridad, la violencia y la delincuencia sea insuficiente, que haya cada vez mayor desigualdad, como hemos visto en estos años. Este no puede ser un gobierno que no combata la corrupción, la impunidad, que no haga respetar y cumpla el Estado de Derecho de manera plena.
—¿No siente que se está “divinizando” a figuras históricas?
—Yo creo que pretender ser el Benito Juárez de 1850 en esta época sería absurdo, al igual que querer ser un Lázaro Cárdenas de 1934. No se pude repetir nada mecánicamente. Uno puede tener admiración y expresar su reconocimiento por lo que se haya hecho en otras épocas, pero no quiere decir que se esté divinizando ni nada parecido, simplemente se reconoce a figuras históricas, como mucho colocan en un bando u otro según la historia.
—Hay quienes afirman que la decisión de expropiar el petróleo obedeció a un espíritu estatista…
—Obedeció a la decisión de poner orden cuando las compañías petroleras se rebelaron ante un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuando no acataron el fallo el gobierno o se doblaba ante las compañías, o hacía valer la ley, y fue lo único que sucedió. No se había previsto antes la expropiación, no se contempló.
—Usted no ha ocultado su crítica a la reforma energética de Enrique Peña Nieto. ¿A qué obedece su postura?
—Primero, a que le quitó al Estado mexicano toda posibilidad de regular la forma de aprovechar los recursos del subsuelo, principalmente el petróleo. Por otro lado, a que es necesario darle un profundo cambio a la política petrolera, creo que esto es indispensable más allá de cuándo o cómo se reviertan reformas constitucionales, hay que cambiar la política.
—¿Cómo hacerlo?
—Habría que invertir más en exploración, y esto no es estar a favor o en contra de nadie, sino para tener certeza de que hay recursos, no sólo para seis años sino para las próximas décadas, y que ello redunda en las previsiones que se elaboren respecto a la extracción. Hay que pensar, por ejemplo, en que en vez de estar exportando petróleo crudo, se exportaran y produjeran productos petroquímicos, que tiene mayor valor agregado, que dejan empleo en el país, que permiten desarrollos regionales, etcétera. Son cambios que no están en contra de nadie y sí están a favor del país.
—¿Cuál es el México que quiere Cuauhtémoc Cárdenas y qué tan cerca o lejos estamos de conseguirlo?
—Yo quiero un México soberano, en el que podamos decidir cómo conducir al país, en función de las decisiones democráticas de la gente, y que esto quiere decir elevar de manera continua el nivel de vida de la población.